Buenos Aires, 25 de enero, 2022.
Este 28 de enero se celebra el Día Internacional de Protección de Datos Personales con el fin de tomar conciencia sobre el tratamiento que se hace de ellos y la importancia de protegerlos. Pero también advierte sobre la importancia de proteger, promover y difundir el derecho a la privacidad. Este día fue proclamado en 2006 por la Unión Europea, pero toma relevancia en este contexto pandémico, dónde la digitalización es creciente, transversal y los datos son el nuevo petróleo.
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En la foto, Sebastián Stranieri, Fundador y CEO de VU Security.
Debemos tomar relevancia que nuestra identidad digital se construye con nuestros datos personales, nuestros hábitos y costumbres, hasta con quién hablamos. Todo lo que utilizamos a nuestro favor para agilizar operaciones, puede también ser utilizado por ciberdelincuentes sin los debidos recaudos.
Como vemos diariamente, estas vulneraciones alcanzan tanto a usuarios finales, como a empresas de primera línea u organismos gubernamentales. Los ataques y atacantes evolucionaron, se sofisticaron y diversificaron, pudiendo actuar sobre grandes cantidades de personas o según nichos. Y, ante esto, la ciberseguridad resulta primordial para ofrecer las herramientas y procedimientos para minimizar vulnerabilidades y proteger nuestra identidad digital.
La profesionalización de los ataques, y su actualización constante, registran – según diversos estudios – 304.7 millones de intentos de ataques de ransomware en todo el mundo durante el primer semestre de 2021, aproximadamente la totalidad de lo sucedido en todo 2020.
El Banco Mundial, por su parte, estima que este año el tráfico anual de Internet aumentará aproximadamente un 50 % con respecto a 2020. A modo de referencia, esto equivale a 4,8 zettabytes: si se los tuviera que almacenar en DVD, esta cantidad lograría dar la vuelta a la Tierra seis veces.
En Argentina sólo en 2020 la Unidad Fiscal Especializada en Ciberdelincuencia (UFECI) registró una suba del 70% de los delitos informáticos, lo que equivale a todos los delitos cometidos en los 5 años anteriores a la pandemia.
Es por eso que, para minimizar riesgos, debemos estar atentos y aprender a detectarlos, prestando atención a mensajes con links que lleguen ya sea por redes sociales, mensajería instantánea, llamado telefónico o hasta un e-mail; verificar la reputación del vendedor en compras online; operar a través de conexiones seguras o la propia red hogareña y no realizar transacciones con datos sensibles en redes públicas; habilitar factores extra de autenticación además de la contraseña –por ejemplo, en las redes sociales–; y, evitar reingresar los datos de la tarjeta si el sistema informa fallas en los pagos.
La protección es la clave.
En Argentina rige la Ley de Protección de Datos Personales Nº 25,326 que resguarda a las personas para que sus datos no sean utilizados sin su consentimiento, habilita solicitar la localización de estos en bases de datos públicas y privadas, actualizarlos, borrarlos o mantenerlos confidenciales. En 2020 se propuso un proyecto para actualizarla y algunos puntos clave son:
* Incluir conceptos como "datos genéticos", "datos biométricos" y "cómputo en la nube".
* Derecho a oponerse o restringir el tratamiento de sus datos personales y el derecho a la portabilidad.
* Limita los titulares de datos personales únicamente a personas físicas.
* Obliga a los organismos gubernamentales a designar a un oficial de protección de datos, en caso de que datos personales sensibles o grandes cantidades de datos estén siendo procesados.
* Incrementa los montos de las sanciones.
Educación y ciberseguridad: las claves.
Sin lugar a duda, el accionar de los gobiernos y las herramientas que desarrollen para resguardar de la identidad digital de los ciudadanos es un eslabón fundamental. La masificación de la digitalización requiere de medidas que alineen a todos los sectores, pero es primordial contar con programas de educación y concientización que sean gratuitos y federales.
De Ushuaia a La Quiaca, donde exista una conexión a internet, un celular o una computadora tiene que estar presente el conocimiento para poder transitar una buena vida digital sin ser víctimas de ataques.
Es requisito poner un foco especial en la niñez, la adolescencia y en adultos mayores para dotarlos de herramientas y proveerles recomendaciones que les permitan un uso seguro y confiable de estas nuevas herramientas. Los datos son un activo y nosotros debemos actuar como sus defensores.
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